ESTAS LÍNAS LAS HE COPIADO DEL BLOG DE UNO DE LOS CORREDORES DE LA MARATÓN:
Escribo estas líneas cuando aún resuenan en mi mente el eco de las voces de los niños del colegio Virgen del Carmen de Toledo Tengo la certeza de haber vivido una experiencia increíble, única. Siempre recordaré el 3 de Marzo de 2010 como el día en que unos niños (otros no tan niños) y la ilusión puesta en un proyecto común me llegaron a lo más hondo del corazón para instalarse en él. Gracias.Realmente me cuesta comenzar esta crónica. Me parece imposible verbalizar todo lo acontecido en el Parque del Circo Romano de Toledo, lugar donde se celebró esta atípica maratón en la que participamos 24 afortunados. Empezaré por lo atlético y luego me meteré en harina con lo humano.El día amaneció horroroso en Madrid pero fue despejándose según me acercaba a la Ciudad Imperial. Tenía serias dudas de cómo iba a terminar este maratón. "No lo has preparado, Zero, y sabes cómo se las gasta la maratona con los inconscientes" me decía mi Pepito Grillo particular. "Bueno, es tarde para lamentos; nos ponemos a correr y a ver qué sale", me contestaba.Tras encontrar el lugar, a David (alma de la prueba) y a los amigos Yoku y Micra vamos a la salida. Nos retrasamos para que que Iván llegue, está en un atasco. Como decía, atípico y familiar maratón que espera a que el último de sus participantes llegue para comenzar. Ya estamos todos, con Cabesc, Ana y sus peques Luis y Bruno en su carrito, que harán parte de la prueba con nosotros entre los vítores del respetable. ¡A rodar! 110 vueltas al circuito de 384m. ¿No será muy aburrido y duro pasar 110 veces por tus propias huellas? Huellas de zapatillas de trail, por cierto, mis viejas Trabuco.
Los afortunados participantes del Maratón Solidario
Un somero resumen sería: la primera parte de la prueba fue bastante bien, acompañando la mayoría del tiempo a Cabesc, Ana y a las estrellas de la prueba Bruno y Luis; pero en la segunda mitad me encontré muy falto del fondo y de la fuerza necesaria para afrontar un maratón como me gusta. No fui consciente en ningún momento del ritmo al que iba ni de la distancia recorrida: yo simplemente corría. Yoku me acompañó unos cuantos km y pude trotar tras él y Julio Rey, que tuvo la gentileza de sumarse a la fiesta. También se nos unió el paquetillo Aspen, que dio una vuelta con nosotros antes de volver a su trabajo. Fue un placer, Juan. En un momento dado, ya muy cansado, pregunté a una voluntaria y me dijo "Te quedan nueve vueltas para acabar"; es decir, me había cascado 38.7km y quedaban apenas 3.5km. Así, parando un minuto cada media hora de rodaje conseguí unas más que honrosas 3h57m. Todo gracias a...... el incondicional, inmenso apoyo que recibía cada vuelta por parte de los chicos/as del colegio Virgen del Carmen. Os puedo asegurar que emocionaba el cariño, la pasión, los incesantes ánimos, el griterío, las sonrisas, los choques de palmas de mano según pasaba. Que una y otra vez oigas "Vamos, Jesús", "Ánimo, campeón", "Lo tienes hecho", "Esos de rojo, que se ..." (también tiene su gracia, claro que sí).
Esto sí que es La Milla de Oro
Si ya estaba conmovido por la embriagadora sencillez del maratón, por su objetivo benéfico construido a base de esfuerzo, por esas pancartas hechas a mano y esos globos que adornaban el recorrido. Si David y sus compañeros estaban desde altas horas de la madrugada instalando tiendas y luego correrían el maratón. Si los niños han hecho con ilusión la medalla más bonita que haya recibido nunca. Si los profesores, padres, voluntarios, hermanas y demás personal involucrado hacen que te sientas en casa desde el primer momento, cómodo y relajado, todo esto no es nada comparado con el auténtico tsunami de cariño que recibimos por los niños del colegio. Desde las caritas redondas y sonrosadas de los pequeños de 3 años al esfuerzo de los ya adolescentes, ya sea en la pista, en el avituallamiento, en los puestos de la organización. Todos, absolutamente todos, participando en una fiesta en la que yo recibía sin descanso el mayor de los premios en forma de afecto y ánimos. Porque se desvivían para que estuviéramos cómodos, para que nos sintiéramos especiales, y os aseguro que lo consiguieron.
Simultáneamente a la prueba iban compitiendo en pruebas más cortas los chavales del cole. Ahora los de 5º, luego los pequeñines, ahora los mayores... se iban relevando tanto en la pista donde hacían sus carreras como en la recta de meta donde se amontonaban para animarnos. Ese momento era increíble. Para que os hagáis una idea, era mejor que pasar por Sol 110 veces en el Mapoma. Como subir 110 veces el Alpe d'Huez en el Tour. Inenarrable.
Los peques en su maratón particular
El maratón, además, lo ganó Micra justo en el momento en que lo hacía yo estaba en la línea de meta, con lo que fui el primero en felicitar a esta máquina del correr. Cuando yo terminé el mío también tenía entrega de diploma, medalla hecha por los más pequeños y foto en el podio, todo un detallazo. Nos fuimos al colegio donde nos duchamos y nos obsequiaron con una suculenta comida. Estupendo colofón a una mañana plena de sensaciones inolvidables. De vuelta a casa en el coche sonaba "Straight from the heart", de Toto. Mira tú que oportuno título.
No quiero olvidar el objetivo solidario de este evento, que no es otro que el de ayudar a la población de Fonds Parisien (Haití) en la construcción de una granja, como explican en la página web del Colegio Virgen del Carmen . Vuestras aportaciones irán destinadas directamente al desarrollo de esta comunidad.
Podéis ingresar vuestro donativo en la siguiente cuenta de la
Una parte de mi alma la dejé en el Circo Romano de Toledo. Mil gracias, de corazón.
Una parte de mi alma la dejé en el Circo Romano de Toledo. Mil gracias, de corazón.
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